Conocí a Borja ‘Hachè’ Costa hace más de diez años. Desarrollamos nuestra primera colaboración profesional en los documentales “Imprescindibles: Pla” e “Imprescindibles: Azcona”. Recuerdo el intenso trabajo creativo (y los debates) sobre la armonización de los segmentos musicales de la banda sonora con el montaje de video. El resultado fue grandioso, ambos documentales se sostienen en una arquitectura musical tan sólida como fluida. Allí donde las palabras no llegaban (o no tenían por qué llegar), su música llegó (seguro que él lo explica mejor).
Logró ese mismo eco invisible en “El viaje de Carla”. Los momentos de más honda emoción en la película llegan cuando su música aflora y transporta al espectador a lo más profundo de la experiencia vivida por la protagonista, Carla Antonelli. Borja ha remasterizado la banda sonora, y los cuatro temas resultantes están disponibles en Spotify (simplemente, busca “El viaje de Carla”). Entran por el oído y van directos al corazón.
Pasamos buena parte de 2017 trabajando en “Un hombre ante el abismo”. No era tarea fácil, el montaje se componía de dos partes bien diferenciadas, la primera era distópica y requería una ambientación a base de música electrónica, teclado, efectos, etc., y la segunda pedía guitarra acústica como acompañamiento a mis textos poéticos. Ensayamos mucho en casa para lograr una buena simbiosis. Salió bien, aunque el espectáculo tuvo una vida efímera.
Hachè Costa es, ahora mismo, Artista KRK-Gibson Spain. Observa la vida de manera muy similar a la mía. Llegamos a las mismas conclusiones sobre la condición humana, sobre las vergonzantes inercias del mundo laboral, sobre los escenarios pandémico y post-pandémico… Su honda y cáustica lucidez (este atributo tan galaico) me aporta mucho. A mis reflexiones, a mi trabajo y a mi relación con el entorno físico y humano. Con frecuencia se presenta en casa sin avisar. Seguramente un día de estos vendrá, tenemos planes para 2021.